La llaman la ciudad de los cuatro millones de pagodas. A orillas del río Ayeyarwadi, se extiende una superficie de 42 kilómetros cuadrados completamente cubierta de ruinas que forman uno de los conjuntos arqueológicos más impresionantes del mundo y que, junto con Angkor, en Camboya, es uno de los más importantes de Indochina. La profusión de ruinas testimonia el esplendor que alcanzó la antigua capital birmana entre los siglos XI y XIII.


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